La
comunicación no verbal es un campo interesante y muy amplio, supone el 93%
frente al 7% de la comunicación verbal y es un aspecto fundamental del que no
todos somos conscientes. La comunicación no verbal no solo incluye los gestos,
o la postura del cuerpo humano, sino que es un campo muy amplio: el contacto
visual o el táctil, la conducta
olfativa, las características físicas del interlocutor y los objetos que
lleva y su vestimenta, los factores del entorno, el paralenguaje, ... Todos
estos son ejemplos de aspectos que se incluyen en la comunicación no verbal y
que no siempre se tienen en cuenta. Ya sabéis que “a la mujer del Cesar no le
basta con ser honrada, tiene además que parecerlo”.
Pues
bien, gran parte del éxito que pueda llegar a conseguir un político dependerá
no solo de que consiga transmitirnos la idea, sino de que logre que le creamos.
Para ello tiene que transmitirnos el mensaje teniendo en cuenta todos los
aspectos de la comunicación, no solo teniendo claro qué es lo que dice, sino cómo
lo dice.
Por
lo tanto es imprescindible que un político, o cualquier personaje público,
conozca este campo y lo domine lo mejor que pueda. Es evidente que hay personas
con habilidades comunicativas más desarrolladas que otras, pero con trabajo y
constancia se puede conseguir ser todo un experto.
Aunque
a veces es difícil cambiar un aspecto en concreto de la comunicación, sobre
todo cuando no has nacido con el don de la expresividad, se puede potenciar
otros para de este modo equilibrar la balanza. Como es el caso de Zapatero (presidente de España 2004-2011), el
cual desde un principio resultaba bastante monótono en sus intervenciones,
incluso se le llegó a nombrar como “Sosoman”. Pero con el tiempo trabajó para
que sus intervenciones fueran lo menos aburridas posible e intento controlar sus
gestos, sus posturas y sus caras, aunque su evolución no fue muy grande.
No
obstante, controlar y dominar la comunicación no verbal no es tan difícil, tan
solo se necesita tener las habilidades comunicativas adecuadas, trabajar mucho
en ello, constancia y tener ganas de aprender. Un buen ejemplo de esto es sin
duda Barack Obama (Presidente de EEUU 2009-2017). Ha marcado toda una revolución en lo que a comunicación
política se refiere. Hasta entonces, la comunicación política se dirigía en un
solo sentido, se centraba solo en la palabra, de un modo frió y mecánico dando
un mensaje muy plano.
Obama
tiene una puesta en escena brillante: sus gestos, su postura, sus pausas y su
contacto visual, todo esto junto con su discurso hacen que su comunicación sea
espectacular. Pero lo que más potencia es su voz para conseguir una respuesta
masiva. La melodía de su voz provoca a la gente, logra que se unan al ritmo de
sus palabras conforme fluyen y se crean parte de ellas. Lo más importante en su
discurso no es lo que está diciendo, sino como su voz te guía y te dice como
deberías sentirte. Las palabras son irrelevantes, puede que no recuerdes el
mensaje cuando deje de hablar, pero sí que sientes algo muy potente dentro de
ti.
Por
ello hay que tener muy presente la comunicación no verbal, y es que en algunos
casos puede determinar los resultados de unas elecciones. Como en el debate
político que tuvo lugar entre Nixon y Kennedy en 1960. Nixon, que había pasado
dos semanas hospitalizado por una lesión en la rodilla, llegó al debate pálido,
se negó a utilizar maquillaje; estaba cansado porque no quiso suspender la
campaña para preparar el debate, sudó y para completar un aspecto inquietante,
su traje gris se mezclaba con el fondo del estudio. Frente a él, Kennedy
aparecía relajado (los asesores le recomendaron que cruzara las piernas al
sentarse), ligeramente moreno, y vestido con un traje oscuro que mejoraba su
aspecto. Al terminar el debate, la mayor parte de quienes lo siguieron por
televisión declararon que lo había ganado Kennedy. Para los radioyentes, sin
embargo, el vencedor fue Nixon.
Es
por esto que es importante controlar la comunicación no verbal. Y algunos de
los consejos y pautas para tener un mayor éxito comunicativo y que siempre hay
que tener en cuenta son:
- Controlar la mirada: no tener una mirada perdida, sino más bien firme y expresiva, y mirando a todo el público.
- Elegir bien el vestuario: tener en cuenta dónde se va a realizar la acción comunicativa, el contexto, el público y el mensaje. Tiene que estar acorde con lo que se quiere decir, sin que la vestimenta deje de ser cómoda.
- Buscar el lugar idóneo: saber dónde va a tener lugar para encontrar la ubicación más adecuada y que favorezca la comunicación.
- Manejar nuestra respiración y tono de voz: la voz supone el 38% en la comunicación. Evitar la monotonía y controlar el paralenguaje: la vocalización, la entonación y el timbre de la voz.
- Evitar movimientos excesivos de los brazos o manos: hay que gesticular, y los gestos deben de ir en paralelo con las palabras, pero sin excederse ya que puede despistar al receptor.
- Moverse de forma natural en el espacio de que dispongamos: siempre que se pueda, pero al igual que los gestos no hay que abusar.
- Sonreír: muy importante, tener una buena sonrisa y trabajar en ello para que sea lo más natural posible.
- Evitar leer: conocer el discurso, saber sobre qué se va hablar y tenerlo bien trabajado para conseguir naturalidad en el mensaje.
- Conocer y controlar nuestras emociones: hay que evitar ciertas expresiones negativas y potenciar las positivas para completar el discurso.
- Prescindir de barreras: para crear un ambiente más cercano con el público es recomendado no ubicarse detrás de atriles, mesas u otras barreras que dificulten la comunicación con la audiencia.
Estas
son algunas pautas que hay que tener en cuenta, pero no hay que olvidar que la
comunicación no verbal es un campo muy amplio que engloba muchos más aspectos y
todos ellos afectan a la comunicación. Depende del locutor que estos aspectos
sean favorables y beneficien a su discurso, de modo que consiga una mayor
eficacia, credibilidad y fuerza para conseguir sus objetivos y alcanzar el
éxito.
Sin
embargo, y a pesar de su gran evolución en la comunicación política, hoy en día
no se le da mucha importancia a la comunicación no verbal entre nuestros dirigentes.
Hay mucho que mejorar y un largo camino por delante. Pero está en nuestras
manos crear el discurso perfecto para lograr el éxito en la comunicación
política.
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